Los Hawkind son una banda inglesa cuya longevidad les hizo pasar del sonido psicodélico al space rock, en lo que constituiría la historia propia de otros más conocidos como Pink Floyd. Acumulan una treintena de LP, sin contar los recopilatorios y han sido frecuentemente reclamados para dar banda sonora a productos televisivos de ciencia ficción.
Una anécdota, Lemmy Kilmister pasó por aquí antes de pilotar sus motorhead. Y no me extrañaría que participara en la letra de este número, más propia del rock contestatario que del higiénico y aseado (a veces pedante) rock progresivo.
En 1986, el maestro se hizo acompañar del bajista de culto en el jazz electrónico, Marcus Miller, que le compuso un LP enterito en homenaje al arzobispo sudafricano del cuento. Davis sigue explorando entre sus recursos tradicionales, pero acunado de una base funky soul, que sólo con mucha imaginación cabe vincular al Jazz.
Dig watermellon man (Hancock, 1962, vers. Davis, 1991)
El tumbado clásico de Hancock, muy similar al que se gasta en Cantaloupe, aparece en este Watermelon man al que Davis ataca con furia contenida en esta versión, rodeado de quienes serían sus últimos compadres. Jazz electrónico y acercamientos al gran público desde el west coast, aunque el viejo maestro no pueda evitar ese cool que le hizo trascender hasta su olimpo.
Cerramos este fin de semana productiva, mañana empezamos con el fin de semana de descanso, con Nightmares on Wax, nombre de fantasía tras el que se esconde George Evelyn, un pincha de Leeds que desde 1991 hasta ahora se dedica a crear ambientes cool a base de samplers e imaginación. Os dejo puesto este interludio nocturno, de su Lp de 1995, Smokers delight.
Una variante cercana a los Air, conjugando samplers y dando a la música de baile una cierta trascendencia, Fat boy slim (nombre que encubre al ex Housemartin Norman Cook) ha coqueteado con el acid y el trip hop, proporcionando ladrillos para discotecas, aunque sin perder de vista al último consumidor. Buena banda sonora para montar un armario de Ikea o probar un Ferrari, ocupaciones en las que normalmente nos entretenemos los sábados tarde en esta parte del ciber-mundo.
El sonido instrumental francés no acabe en el nene de Maurice Jarre. Air es una banda que tranciende entre el progresivo y el space rock, conjugando cacharrería e instrumentos accesibles, dando a sus innegables influencias (Tangerine/Kraftwerk) una aproximación menos maquinista y más humanizadora, a veces vinculada al trip hop de los Massive attack.
Aquí os dejo con un fragmento de su Sinfonía de bolsillo, muy reciente, por lo demás.
Down payment blues (A. Young, M Young, B. Scott, 1978)
Va la cosa de crisis y de mierdas variadas. Muchos blues se han dedicado al desempleo y a los despidos masivos, al fin y al cabo esta música surgió de la propia esclavitud. Los AC/DC hacen blues, un blues arrimado a los blancos europeos, distinto del clásico y lleno de aristas. Ahí va este blues del subempleado, a ver cómo os sienta.
Bad Religion es una marca pseudo-punki de larga trayectoria, arrancando en el momento en el que el Punk ya era post punk, o sea nada definido. Hoy se adscriben a la olla del hardcore, rock acelerado, aunque en el caso de BR con alguna pretensión mainstream. Eso si, lo del catatrofismo literario es una marca propia del imaginario punk
Bud Powell se significó como un excelso pianista, alejado de la línea principal de los boppers clásicos -Basie, Ellington- abriendo en 1953, tras rodearse de musicos como Roach, Mingus, Parker y Gillespie, la puerta al futuro del jazz. Aquí le traemos en una pieza de las clásicas, ya atacada por Tatum, y en la que le acompaña en los tambores el citado Max Roach.
A la versión de Powell acompañamos un regalo, por ser domingo, en la que Branford Marsalis recupera el tema.
El hard bop, evolución contestataria al relamido y eterno bop, se basaba en un ensanchamiento de la corriente y consistía en dar a los instrumentos un protagonismo armónico mucho mayor, superando la regla básica del paradigma anterior, en el que cada uno debía permanecer poco menos que en silencio hasta que le llegara el momento de acometer su sólo.
El Hard Bop endurece el resultado final al aportar a las líneas melódicas acompañamientos más complejos, a veces llenos de armonías abigarradas, a veces aportando líneas que doblan a la principal a modo de contrapunto.
Hoy viene a vernos Bud Powell, uno de los instigadores de este movimiento, quizá sin ser muy consciente del hecho, pero en todo caso, a él le cumple el mérito de haber descubierto la onda principal del Jazz actual.
El hair metal norteamericano, que supuso un acercamiento del metal al mainstream popero, tuvo en los Motley Crue a sus más grandes impulsores, pero tras ellos surgieron bandas y solistas con iguales propósitos e idénticas estéticas. Es el caso de Eddie Van Halen, Bon Jovi o este Sammy Hagar.
Sonidos directos, acordes planos, letras sin trasfondos -más allá de lo que uno quisiera buscarle-. Ahora, tras muchos años de rock alternativo, el hair metal suena a rancio y a mercadotecnia, pero en su día fue una honrosa alternativa al synth pop dominante.
Supertramp creó una isla musical para si mismos, en la que partiendo de un sonido progresivo (con cambios de orientación y ritmos dentro de cada tema, a veces recurriendo a las duraciones no comerciales, piezas de más de 7 minutos) supieron ofrecerse a un público masivo. No era el rock barroco que había querido arrimarse a las elites y a los críticos, sino un pop de enorme elaboración que a tiempo lograba desprenderse de la afectación clasicista: era como traducir a un idioma universal las composiciones cumbre del sonido sinfónico, léase King Crimson, Jethro Tul o Emerson, Lake and Palmer.
Sólo Yes, y con alguna muestra de desprecio por parte de sus exquisitos seguidores, quiso derivar por esta senda en 1980 con Drama, pero nunca alcanzó la condición de grupo de masa que lograran estos británicos. Posiblemente Génesis apostó en esta dirección, y el propio Collins abusó del asunto hasta enfangarse en el lodazal del pop más comercial, pero la conexión entre éste y el rock progresivo es sólo nominal.
Bueno, y, entre otras cosa, hoy es 7 de enero, así que toca ir al cole.
Maybe I'm mistaken expecting you to fight
Or maybe I'm just crazy, I don't know wrong from right
But while I am still living, I've just got this to say
It's always up to you if you want to be that
Want to see that
Want to see that way
- you're coming along!
(“Tal vez me equivoco si espero que vengas a pelear
O tal vez estoy loco, no distingo lo correcto de lo incorrecto
Pero mientras todavía estoy vivo, yo sólo tengo esto que decir
La New Wave comienza con esta banda de NY. El punk ponía en entredicho el talento instrumentístico, la maestría en la composición, la elegancia en la interpretación; se amparaban en una estética desagradable, y consiguieron nada menos que hacer de bisagra entre la fusión del rock y el jazz (o el clasicismo). y el rock alternativo cuajado ya en los años 90.
Pero, entre la muerte del punk o, al menos, el día en que cayó abatido su último zombie, y el estallido del rock alternativo con REM a mediados de los 80 surgió un movimiento de bandas que tomaban del pop las sucesiones melódicas asimilables, del rock tradicional el gusto por la interpretación y del punk algunos trazos de su estética (goticismo y desafío). Bueno, ahí están quienes mejor defendieron esta línea que se vino en llamar New wave.
When I met you in the restaurant you could tell I was no debutante.
You asked me what's my pleasure, "A movie or a measure"?
I'll have a cup of tea and tell you of my dreaming.
Dreaming is free.
I don't want to live on charity.
Pleasure's real or is it fantasy?
Reel to reel is living verite.
People stop and stare at me, we just walk on by; we just keep on
dreaming.
(“Cuando te encontré en el restaurante me pareció que no eras un novato
Me preguntaste por mis deseos, una peli o una dosis
Me tomaré un te y te lo contaré
Soñar es gratis
No quiero vivir de caridades
El placer es real o sólo imaginación
Los carretes de la peli son verdad viva
La gente nos desafía, pero nosotros pasamos, seguimos soñando”)
I wanna be loved by you (H. Stohard, H. Ruby, B. Kalmar, 1928)
Un clásico pop de los años 30 y aunque quizá podríamos habernos acordado de la O' Connor, como es víspera de fiesta y casi sábado nos inclinamos por un standard con swing interpretado por Marilyn Monroe, para aquellos que pueden presumir de haber coincidido en el mismo mundo con ella.
Hay países que no sirven para según que cosas. Alemania no servía para el punk. Claro que es que podía intentarlo, pero su sistema educativo es demasiado pretencioso como para que un chaval de Frankfurt o Dusseldorf se hiciera preguntas fatales sobre su futuro. Además siempre han tenido cierto gusto por el instrumento, y eso de salir a las tablas sin 20 años de conservatorio no va con ellos.
A pesar de todos estos inconvenientes la Hagen se dedicó al asunto, aunque pronto se dio cuenta que mejor le iría creándose un personaje y dejar que el goticismo de la raza hiciera el resto. Antes de esas graves decisiones lo intentó con la bronca pero sólo consiguió una especie de Cabaret de vanguardia salpicado de imperdibles. No sé si Marilyn Manson sabe de esto.
Mann, Ich schaff' mir
keine kleinen Kinder an. Nein, nein, nein, warum
soll ich meine Pflicht als Frau Ich hab' keine
Lust, meine Pflicht zu dich nicht. mich nicht.
Ich hab' keine Pflicht.
(“Yo no necesito niños para ser algo
No, no, no, ¿por qué debería hacerlo? Como mujer no tengo vicios No tengo ninguna obligación para con usted”)
Volvemos con la Big band de C Thornhill, dotada con los arreglos de un muchacho canadiense sobre el que se apoyaría una buena parte del Jazz orquestal contemporáneo. En esta ocasión recrean un be bop que con matices y variaciones ha ido nutriendo el repertorio de todos los grandes intérpretes de vanguardia.
Claude Thornhill es uno de los mayores exponentes del sonido de transición entre el Bop y el jazz de vanguardia nacido tras los años 50. Posiblemente, la primera deriva modernista del gran Miles Davis (el Cool Jazz y el viejo Noneto) pudo deberse a la influencia de este magnífico arreglista. A ver qué nos cuenta el Dr. V.
Llegamos de nuevo y para comenzar el año, en día de resaca y saltos de esquí (lo de la Radezky espero que ya no lo echen por bien de la humanidad) me traigo una empanada de almíbar a cargo de uno de los tipos más olvidados de la historia del rock. Ex guitarrista con Bowie (Glass spider tour, 1987), ídolo teen en los setenta y absolutamente nadie hoy en día.
Es lo que pasa a veces por componer estas cosas.
Shadows grow so long before my eyes
And they're moving across the page
Suddenly the day turns into night
Far away from the city but don't hesitate
'Cause your love won't wait hey
Ooh baby I love your way every day
Wanna tell you I love your way every day
Wanna be with you night and day
(“Las sombras crecen ante mis ojos
Se mueven ante mi
De repente llega la luz
Lejos de aquí, pero no dudaré
Porque tu amor no espera
Te amo tal cual eres cada día
Y quiero decírtelo
Quiero estar contigo cada momento”).
Ahí lo tenéis, ahora en lugar de pinchar basta con darle al play
Where did you sleep last night (Desconocida, 1870; Cover a cargo de Kurt Cobain, 1993)
Si esto no es una declaración de intenciones ante todo el mundo no sé dónde encontrar otra más evidente. Kurt Cobain -que dijo eso de "se ríen de mí porque soy distinto y yo me río de ellos porque todos son iguales"- se quitó del medio poco después de retomar este blues clásico, que llegó hasta hoy por tradición oral desde 1870, más o menos.
La versión de Nirvana, que es la de su lider, dio universalidad al tema, y aprovechamos su trascendencia y lo que encierra para acompañar el final de año, que también debe ir a recostarse entre pinos para no volver a ver la luz del sol.
Espero que quienes hayáis seguido el blog os encontrarais con algo de vuestro agrado. De eso se trataba.
Bueno, pues no fue posible meter al bueno de Richard Hell, uno de los impulsores del punk NY de mediados setenta, conspicuo del local CBGB (Country Bluegrass Blues) que vio nacer a los Ramones y a los Talkin' heads. una especie de Cavern del punk del otro lado. El local, como cualquiera de los que se precien, acabó cerrado por impagos a sus propietarios, quienes aún hoy nada tendrán que contar a sus nietos sino que algún día fueron los caseros de tipos tan ilustres como Hell y los ya mencionados.
Blank generation. La generación de la nada. En blanco. Sin futuro, pasado ni ambiciones. Esa es la idea: de ahi al Do it yourself, y del bricolage musical a la Historia del rock.