domingo, 31 de mayo de 2009

Eva tomando el sol

Junio, 1, 2009
Eva tomando el sol (J. Sabina P. Varona, 1988)

"El hombre del traje gris" es el disco que marca la transición desde el lenguaje más rockero, claramente apreciable en "Hotel dulce hotel" (en la onda de su amiguete Ríos) a un formato algo más romántico que hace trascender al de Baeza hacia el gran público, hasta convertirse, a pesar de una voz destruida y casi insultante al oído, en el segundo cantautor más importante del país, detrás de su ídolo Serrat.

Seguramente Eva tomando el sol marca esta inflexión, que posteriormente confirmaría Y nos dieron las Diez, una canción que forma parte del repertorio eterno de cualquier borrachera en fase de exhaltación y, por supuesto, de las orquestas (o disc-jockeys) de boda. Por eso y por más méritos la traemos hoy de portal para uno de los meses del verano. Es una canción que no se concibe sin el calor inoportuno de los meses en que debe compatibilizarse la tarea con el agarrón impenitente del sol. 

Todo empezó cuando aquella serpiente

me trajo una manzana y dijo: “prueba”

Yo me llamaba Adán, seguramente

tú te llamabas Eva.

Vivíamos de squatters en un piso

abandonado de Moratalaz,

si no has estado allí no has visto

el Paraíso Terrenal.

Cogimos un colchón de una basura,

dos sillas y una mesa con tres patas,

mientras yo emborronaba partituras

tú freías las patatas.

Plantamos cañamones de Ketama

y un tiesto nos creció ante el ventanal

con una rama de árbol de la ciencia

del bien y del mal.

A Eva le gustaba estar morena

y se tumbaba cada tarde al sol,

nadie vió nunca una sirena

tan desnuda en un balcón.

Pronto en cada ventana hubo un marido

a la hora en que montaba

el show mi chica,

aunque la tele diera en diferido

el Real Madrid-Benfica.

Un día la víbora del entresuelo

en trance a su consorte sorprendió,

formó un revuelo y telefoneó

al cero noventa y dos.

Y como no teníamos apellidos,

ni hojas de parra, ni un tío concejal,

ni más Dios que Cupido

no sirvió de nada protestar.

Eva tomando el sol

bendito descontrol,

besos, cebolla y pan…

¿qué más quieres Adán?

Un juez que se creía Dios dispuso

que precintara un guardia nuestro piso

no quedan plazas para dos intrusos

en el Paraíso.

Estábamos sobre el colchón desnudos

jugando a nuestro juego favorito,

al ver entrar la pasma

Eva no pudo sofocar un grito.

A golpes la bajó por la escalera un

ángel disfrazado de alguacil

sin importarle un pijo que estuviera

encinta de Caín.

Hoy Eva vende en un supermercado

manzanas del pecado original

yo canto en la calle Preciados

todos me llaman Adán.

Eva tomando el sol

bendito descontrol,

besos, cebolla y pan…

¿qué más quieres Adán?

 

http://www.youtube.com/watch?v=TFNpcb9vjyw

 

StakanovDj

Hasta mañana

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