martes, 20 de enero de 2009

Crawling up a Hill

Enero 21, 2009
Crawling up a hill (J. Mayall, 1965)

Me va la cosa de blues rock y os traigo dos versiones de un mismo clásico; el original a cargo de su autor, John Mayall, y una versión de una intérprete que ya conocemos, la Georgiana (como el padrecito) Katie Melua, para que os recreéis los ojos.

La canción está dotada de una letra que a veces te llena la tripa, porque es inevitable sentirse así de vez en cuando. Habla de cosas que nunca haremos y sobre todo de lo mal que nos sentimos con lo que nos toca, y esa insatisfacción se llama Blues.

Afortunadamente, a veces, tienes la suerte de que algún buen samaritano/a te explique despacio y con detalles concisos tu mísera condición, aun asumiendo a su cuenta el inevitable coste que supone estar viendo pajas en ojo ajeno. ¡Que vivan por siempre esos espejos ambulantes que nos ayudan a recordar que nuestro destino en esta vida es llegar a ser una mierda, al menos para alguien!.

A disfrutar con la canción y olvidad mis tonterías.

So here I am in London town,

A better scene I’m gonna be around,

The kind of music that won’t bring me down,

My life is just a slow train crawling up a hill.

 

Every morning (a)bout half past eight,

My Mama wakes me says,

”Don’t be late”,

I get to the office, tryin’ to concentrate,

My life is just a slow train crawling up a hill.

 

So I stop one day to figure it out,

I’ll quit my job without a shadow of a doubt,

To sing the blues that I know about,

My life is just a slow train crawling up a hill.

 

Minute after minute,

Second after second,

Hour after hour goes by,

Working for a rich girl,

Staying just a poor girl,

Never stop to wonder why.

 

“Aquí estoy en Londres

Envuelta en una escena mejor

El tipo de música que no me deprimirá

Mi vida es como un tren remontando una colina

 

Cada mañana sobre las 8:30

Mi madre me despierta y me dice

No te retrases

Voy a la oficina, me intento concentrar

Mi vida es como un tren remontando una colina

 

Por lo que me paro un día para comprender

Abandonaré mi trabajo sin sombra de duda

Para cantar el blues que sé

Que mi vida es como un tren remontando una colina

 

Minuto tras minuto

Segundo tras segundo

Hora tras hora

pasan a lo tonto

Trabajando para ser rica

Pero sin salir de pobre

Sin parar de preguntarme por qué”


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Érase una vez a principios de los años 60. En un lejano país llamado Inglaterra se aprobó una ley que obligaba a llevar al menos un retrovisor en las motocicletas. Una ley lógica. Los pitufines ingleses se hincharon a poner multas y la mocedad mod respondió abarrotando sus Vespas de espejos retrovisores. Era una pataleta muy mod y muy lógica también. Vuelven hoy con John Mayall estos modcetones currelas pringaos y anfetamínicos blueseros, con sus Vespas llenas de espejos. No adornaron con ellos sus italianas y baratas cabalgaduras para observar los movimientos del vehículo de atrás. Ni tampoco para mirarse ellos, a pesar de su narcisismo consciente. Era un simple e inofensivo corte de mangas. Pues de los espejos no puede uno fiarse y menos de los ambulantes de feria que no sabe uno si son cóncavos o convexos. Hagamos, camarada, un simple e inofensivo corte de mangas a los espejos, a la vida y sobre todo, a los ambulantes que van y vienen.
Muy bueno el tema, muy de mi gusto y la georgiana esta pues que parece simpática.

León Trisky. Más georgianas y menos georgianos.

StakanovDJ dijo...

Asi es. Amen