viernes, 24 de octubre de 2008

Beeroth

Octubre 25, 2008
Beeroth (J. Zorn, 1995)

Pues hasta existe el Punk Hardcore jazz, que consiste en el manejo de instrumentos clásicos y estructuras del Jazz moderno (sobre todo del Free Jazz) con elementos anárquicos y hasta la introducción de elementos propios del sonido más rock. Claro es que el sonido ni se aproxima a los caóticos desperdicios y hedores de la caterva punkie auténtica, pero ello no aleja a este modelo de tal calificación.

Las transiciones son eternas y arbitrarias, los leit motivs son simples, las irrupciones son desesperadas, la batería tiene una presencia desproporcionada si la comparamos con cualquier otra manifestación del jazz canónico (de ahí lo de hardcore), aun incluso del más moderno. En fin, es como una jam de viejos músicos calentándose para un concierto serio, pero con estimulantes de por medio.

Como era de esperar, ésta ha sido una derivación grotesca impulsada por blancos excéntricos a la búsqueda de un público también rarito, supongo, afectado por la obsesión por sensaciones alternativas. A mi, desde luego, esto me parece mucho menos honrado y admisible que el zapatazo punk de los 70. 

Todo parte de una composición de Jako Pastorius, y desde ahí, tipos como John Zorn (saxofonista y teclista) y su banda Massada (volcada a la recreación de sonidos étnicos de obvio origen), más otros similares, han aprovechado la ocasión para infliltrarse en el máximo descriptor de la música contemporánea. A ver qué nos cuenta en Dr. V., al que imagino absolutamente indignado por este lamentable espectáculo, con el que ponemos broche marrón al ciclo punkie iniciado el lunes anterior.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

El punk no me gustó nunca ni como música ni como actitud contestataria, y su simple unión con el jazz me produce urticaria. Dicho esto, a la música que has puesto de John Zorn le llamarán punk-jazz pero yo no veo ni el jazz ni el punk (o es que mis escasos conocimientos siempre me llevan a recordar a los sex pistols). Como el nombre indica (massada), creo que las resonancias judías (música klezmer) son muchos más evidentes que las jazzísticas o punkeras. Y además, no me ha disgustado (no compraría un cd pero tampoco me lo he pasado mal).
Dr. V

StakanovDJ dijo...

"No es eso", que diría Ortega, el socio de Gasset. Tú crees que el punk jazz es una amalgama de Jazz con punk de los pistols. No hombre, es una cuestión más conceptual. en priemr lugar, como has podido comprobar sí que se trata de un Jazz violento y menos lucido que el Jazz clásico (y aquí incluyo desde el piano trío al free), pero tampoco es folk ni etnic, ya que no se usan demasiados instrumentos locales, ni concurre esa meliflua forma de ejecutar cada pieza.

Lo que se ve en el tube video es una formación jazzística moderna, que funciona de forma contestataria a los cánones incluso del free. Podríamos decir que el punk que tu identificas como tal es al rock lo que este punk jazz al jazz rock. Este es el concepto: "el alejamiento hacia la deformación de los conceptos canónicos en un momento dado", eso es el punk. Contestación al original, a lo imperante, sea música o cualquier otro arte.

Por tanto, es una cuestión de relatividades; depende de dónde pongas el centro referencial al que responde el punk; en definitiva, de aquello de lo que se aleja el intérprete: si del rock (en aquel momento dominado por el progresivo) o del Jazz (Jazz rock, que da pie a estas derivadas).

Puede haber por tanto, una literatura punk, una pintura punk o un arte punk, como hubo un pop art, en su día como forma de extender el arte pictórico al gran público; y en su día una música pop para sacar a la música de las elitistas salas de conciertos para disponerla en formatos accesibles a incluso aquellos que no disfrutan de la música más complicada o elaborada.

Y si te ha gustado ya sabes, al cybersupermarket, palabra clave "massada", saldrá una discografía de unos 20 títulos y "Hava, nagila Hava" y comida Kosher. Hay que salir del armario y reconocer lo judío que es uno, aunque teniendo en cuenta el tute que le has dado a la cecina, más pareces "marrano" que judio ortodoxo.