miércoles, 1 de octubre de 2008

Al alba

Octubre 2, 2008
Al alba (L.A. Aute, 1975).

Y se quedó tan ancho. Al viejo no le quedaba ya mucho aliento dentro del perímetro que rodeaba ese su fajín de general, ceñido sobre ese uniforme de alferez de navío, que él sólo podía llevar. Fue un espadón anacrónico que ni siquiera tenía un rey al que prestar servicio ni una reina a la que entretener. Uno de los últimos excedentes de la famosa teoría de "nuestro granuja", que pese a su adhesión al Nazismo y al fascismo debió su continuidad -y quién sabe si su vida- a Stalin y la consiguiente guerra fría. Después de él sólo quedaron en pie Pinochet, Videla, Stroessner, Somoza y Ferdinand Marcos. EEUU había elegido ya otro tipo de perfil para gobernar sus zonas de influencia estratégica.

Hasta el Papa Pablo VI quiso despertarle la noche del 26 al 27, pero dejó órdenes a sus asistentes de que no se le molestara. Dispuso que se diera ejemplo y se fusiló en Madrid y en Barcelona empleando la mayor crueldad. Se sabe que en Madrid se hizo de uno en uno; salieron tres furgones negros a las 5 de la mañana para evitar testigos, pero las propias leyes del régimen permitían que los periodistas asistieran a las ejecuciones, una vieja reminiscencia del "garrote y prensa" de los 40. Pero aquellos no llegaron a tiempo, sólo pudieron dar fe de los ecos de los disparos y de la entrega de los ataudes a los familiares.

El filipino y luego felipista (ahora es posible que castrista) Aute compuso Al alba a propósito de ese último festín de sangre a la mayor gloria de un dictador acabado. Y aun mucha gente no sabrá qué dice esa canción, ya que su enigmático texto no se entiende sin su vinculación a lo que sucedió el 27-9-1975; pero cuando uno lo llega a saber, esa letra adquiere una claridad espeluznante y conmovedora. Por eso no hay más comentario. La petición de KJMan fue oportuna y creo que es de justicia el seguir recordando algo que nunca debío producirse; justo hoy que se cumplen 60 años de la Declaración Universal de los Derechos del Hombre.

A Baena, García, Otaegi, Paredes y Sánchez.


Si te dijera, amor mío,
que temo a la madrugada...
No sé qué estrellas son estas
que hieren como amenazas,
ni sé qué sangra la luna
al filo de su guadaña.

Presiento que tras la noche
vendrá la noche más larga,
quiero que no me abandones,
amor mío, al alba.

Al alba, al alba,
al alba, al alba,
al alba, al alba,
al alba, al alba.

Los hijos que no tuvimos
se esconden en las cloacas...
Comen las últimas flores.
Parece que adivinaran
que el día que se avecina
viene con hambre atrasada.

Presiento que tras la noche...

Miles de buitres callados
van extendiendo sus alas...
No te destroza, amor mío,
esta silenciosa danza,

¡Maldito baile de muertos,
pólvora de la mañana...!

http://es.youtube.com/watch?v=ZUtT2UKedFg&feature=related

StakanovDj
Hasta mañana

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Otra vez muy bien, Staka. Pero que no cunda la alarma: ya no te felicito mas en un mes, por lo menos, no vaya a ser que piensen que lo nuestro tiene un futuro.
Mira lo que le paso a Eba Mirentxu. Brillante, don León, hay que felicitarle. La canción me la apropio para el verano.
Lo de Aute ha marcado mucho tiempo de todos. No solo con la famosa parábola que traes, sino con la versión intimista del Universo, los rollos del pintor ese uniorejero voluntario y tal. Me gustó mucho en un tiempo y es agradable el recuerdo. Ya se sabe: A la recherche du temps perdu.
Mira que soy pedante....
KJMan

StakanovDJ dijo...

Pues eso del niño pijo que espera a su madre subir a su habitación para recibir un beso en la frente expliicado en 130 páginas de formato biblia supera a cualquiera de los trabajos impuestos a Hércules. A mi Proust no me la empina. Más bien me hace reflexionar sobre el aburrimiento como entidad ontológica -al mismo nivel que la Esfinge de Gizeh- y no como sensación o vivencia. Por lo que prefiero no perder el tiempo con él (Umbral me perdone), así no tengo que buscarlo luego.

Y por lo que respecta a la Eba Mirentxu, proclamo que se la pueden quilar todos los machotes (y hasta alguna bolleraza jeltzale) del batzoki de Abando ( o de cualquier otro barrio) por orden de afiliación; ¡viva el producto nacional!.

Viejo Trisky, hay que enviarte a un centro de reeducación para que superes esa melancolía que te proporciona el abuelo Ansola Bilbao. Para ello nada mejor que preguntarle por lo que hicieron con su amada patria en Santoña hace 72 años, con el Vaticano de oficiante. Mientras tu abuelo y sus conmilitones se postraban ante el requete y los Faccetistas, otros abuelos empuñaban un mauser oxidado en cualquier trinchera del frente del Ebro o construían puentes que duraban tres días (echa un vistazo a las memorias de Orwell sobre la GC).

Todo eso para acabar exiliados 20 años, en el mejor de los casos, o en una pared delante de un pelotón. Y no en Laredo, paseandose la playa de la Salvé acumulando recuerdos de lo que nunca jamás ocurrió.

Anónimo dijo...

Hacia tiempo que no entraba por tu pagina, y percibo cierto cambio. Es cierto, que sabiendo el por qué de las canciones, entra mas en el corazón. Yo no lo sabía y me ha gustado más que en anteriores ocasiones.
Kepa

Anónimo dijo...

Mi abuelo no era nacionalista vasco, ni siquiera era vasco. Solo se conocen dos casos de nacionalistas vascos no vascos, como luego comentaré.
Mi abuelo era nieto de euskaldunes giputxis pero ya su padre nació en el pueblu.
En aquellos convulsos y extremos años 30 mi abuelo fue de centro: llegó a teniente con los rojos y a sargento con los nacionales. Así que no solo agarró un mauser sino varios. Cambiaba de mauser y de chaqueta por la muy noble causa de salvarse a si mismo y no a la patria, al proletariado mundial y otras paridas insalvables. Mi abuelo era bajito, pero muy simpático y sabía buscarse la vida, como se puede comprobar. Nunca tuvo que matar a nadie para robarle la novia o la pasta para luego contarle a los nietos que luchó por la libertad o por Dios o por lo que sea. Mi abuelo es el único que se salva de la quema, no es amor de nieto, es la realidad y quien diga lo contrario le acusaré de revisionista.

Como decía, solo ha habido dos nacionalistas vascos no vascos: el tío Juan, hermano de mi abuelo y un servidor.
Los maketos conversos de Retuerto no cuentan y Alfonso Sastre tampoco, que no siente los colores, simplemente busca calor y cariño.
El tío Juan, laredano como mi abuelo, hizo la mili en el Baztan, en los años 40. Allí aprendió euskera, su pasión, hablando con varios indígenas con los que entabló amistad. Muchas veces he oído a políticos y gentes de toda condición decir que ellos no hablan euskera por culpa de Franco. Me acuerdo del tío Juan y me río… ¡mentan al demonio para quedar libres de sambenito! Reacción hipócrita pero comprensible, criaturas.
El hecho de que el tío Juan amara el euskera, dirán algunos en plan Hedilla, no significa que fuera nacionalista vasco… que si España crisol de culturas, que si el más antiguo idioma de los españoles (Larramedni dixit), que si bla bla… vale, vale. El caso es que sabemos que en el letrerillo de la puerta de su casa de Deusto, antes de que nadie lo hiciera, allá por los 60-70, puso en vez de Juan, Jon. Jon no es un nombre vasco, sino p-aranoide como todos sabemos. Así que no hay discusión.

En cuanto a los gudaris que paseaban por la playa del pueblu, contaré una bella anécdota pero en otro comentario, que no me lo da.

León Trisky.

StakanovDJ dijo...

Querido Trisky, Larramendi llegaba más lejos. Decía que el Euskera era la lengua del paraiso terrenal antes de la expulsión. No aclara si eva mirentxu era en realidad castreña, pero no creo que dudara de la vasquidad de Adán.